Cómo protegerse del ruido para poder escribir

Hay escritores que pueden trabajar con música a todo trapo, en una mesa de un bar o bajo fuego cruzado en un campo de batalla. Otros necesitan un silencio monacal para poder concentrarse.

Yo formo parte del segundo grupo. Hay un par de estudios por ahí que dicen que la cantidad exacta de ruido que necesitamos para potenciar nuestra creatividad ronda los 70 decibelios (curioso, coincide con el nivel de ruido de la ducha). Si la situación lo requiere puedo escribir con ruido, pero no me gusta. Cuando hago viajes en tren, intento conseguir un asiento en el vagón silencioso, pero nadie lo respeta y enseguida se llena de bebés llorones, gente enganchada a su teléfono móvil y hooligans borrachos. También escribo bastante en los bares donde me refugio en las horas muertas mientras espero al tren, al avión o lo que toque.

Sí, viajo mucho. Pero sobre todo es que, como dije hace tiempo para un artículo del blog de Gabriella Campbell: «(Me inspiro) de mil formas, pero no quiero ponerme demasiado místico, así que me quedo con una: viajar. Cada vez que viajo, aunque sea un viaje en tren a Londres como he hecho cientos, mi “generador de ideas” se dispara».

Y es verdad. Los viajes en tren o en avión son momentos ideales para leer y para escribir.

El problema con el ruido lo tengo en casa. Me he mudado unas cuantas veces (ya van tres desde que estoy en Inglaterra) y a veces he tenido que trabajar en condiciones bastante horribles. Aún con todo, sé que me he malacostumbrado al silencio a lo largo de estos años, y que Madrid está lleno de ruidos y voy a tener que habituarme de nuevo cuando vuelva. El problema es que la solución más lógica, que sería utilizar tapones, en mi caso no funciona porque me resultan muy incómodos y se me caen.

Así que he ido probando diferentes alternativas.

En mi primera casa, los vecinos de la planta baja —recordad que aquí apenas hay bloques de pisos, son todo casas que se alquilan enteras o se dividen en apartamentos— que además eran los caseros, tenían la manía de poner la típica emisora de radiofórmula chusquera a todo trapo durante las veinticuatro horas del día. No sé en qué dirección apuntaban los bafles, pero cuando me sentaba en el escritorio para trabajar, los bajos hacían temblar la silla.

Como suele ocurrir, hicieron caso omiso a nuestras protestas. Así que durante un tiempo, usé esto:

En fin, no sé si todo esto me retrata como un lunático o un obseso o algo peor. Quizá sea el único que necesita silencio para poder escribir pero, si eres como yo, espero que este texto pueda ayudarte. Se llaman ear defenders. Como veis son muy aparatosos, aprietan mucho y, a pesar de su aspecto —tan similar a los que utilizan los operarios de martillos neumáticos—, en realidad no logran bloquear completamente el ruido. Lo único que se consigue con ellos es amortiguar los sonidos más extremos.

No son una opción ideal pero algo ayudan. La solución en ese caso fue mudarnos, evidentemente.

Sea como sea, el sitio donde vivo ahora es mucho más tranquilo, está aislado del núcleo urbano y de las calles principales y no hay ruidos de tráfico, el bebé de los vecinos apenas llora y la casa del otro lado está vacía, así que es maravilloso. El problema es que la están reformando, y llevan ya seis meses dando martillazos y lijando cosas. Normalmente no resulta un problema, porque suelen trabajar a la vez que yo (mi trabajo de día, se entiende, no el de escribir) y para cuando vuelvo a casa ya han terminado.

Cuando no es así, o durante los fines de semana, he encontrado una solución mucho mejor: Noise cancelling sounds. O sea, esto.

No hay más que ponerse unos auriculares normales, darle al play y ajustar el volumen en función del ruido ambiente que queramos bloquear. No lo haremos en silencio (a mí me recuerda a estar en el interior de la cabina de un avión, de hecho) pero por lo menos nos ahorraremos ruidos molestos. Al ser un sonido homogéneo, al cabo de un rato pasa a estar en un segundo plano y consigo olvidarme.

¿Y tú? ¿También necesitas silencio para concentrarte? ¿Utilizas auriculares, te largas a una biblioteca o te pones tapones en los oídos? Puedes contármelo en los comentarios.

21 comentarios

  1. Hola Víctor:
    Yo la verdad es que no tengo problema con el ruido. Donde vivo es muy tranquilo. pero es verdad que cuando están las niñas en casa me cuesta un poco más (5 y 7 años). Pero también he de decirte que con sus gritos también me he concentrado. Cuando no he podido he cerrado la puerta.
    Soy de poner música cuando no me inspiro, pero no muy fuerte. Generalmente los ruidos fuertes me molestan mucho.
    Pero también he de decir que el silencio extremo no me gusta, me desconcentra. Por eso escribir por la noche me resulta muy difícil.
    No me había parado a pensar en todo esto. Me has hecho pensar.
    Un abrazo.

    1. Buenas, María. Es curioso que te molesten ambos extremos (ruidos fuertes y silencio absoluto). Lo cierto es que cada persona es un mundo. Ahora bien, si puedes trabajar con dos niñas pequeñas en casa, creo que tu capacidad de concentración está fuera de toda duda :-D.

  2. Siempre me parece curioso leer a aquellos que no podéis trabajar con ruido. Es algo que no consigo comprender y que me fascina.

    Yo pertenezco, como habrás supuesto, al grupo totalmente opuesto al tuyo. No puedo trabajar en silencio. Me es imposible estudiar o hacer cualquier cosa en silencio. De hecho, en la carrera llegué a preguntar a ver si me dejaban hacer los exámenes con música (porque en la ingeniería que hice podía llevar cualquier libro o soporte no-conectado que necesitase, así que no debería haber habido problemas con la música…). Y en Accenture trabajaba siempre con un auricular puesto.

    Supongo que todo tiene una explicación fisiológica por detrás, y en mi caso, como en el de muchas personas, mi cerebro se distrae con una facilidad pasmosa. Se distrae tanto, que si no hay estímulos externos (silencio sepulcral) me distraigo todavía más.

    Dicen las malas lenguas que la gente hiperactiva tiene ciertos procesos cerebrales más lentos (aunque parezca paradójico) que el resto, y por eso necesitan muchos estímulos externos para suplirlos.

    ¿Cómo es que no os volvéis locos sin escuchar nada? ?

    1. ¿Quién ha dicho que no estoy loco?, XD
      Pues no lo sé. Puedo trabajar con un ruido indeterminado y constante, pero si me pongo música, me resulta imposible no escucharla, atender a la letra, etc. El rumor de los bares no me importa, son más los ruidos súbitos y fuertes: o eso, una conversación suelta o una canción.

  3. Casualmente hablaba un poco sobre el tema en mi artículo de ayer.
    Estoy participando en el NaNoWriMo, y aunque mi momento de escritura hasta ahora siempre había sido por la noche con el silencio y la tranquilidad de los niños dormidos, las exigencias del NaNoWriMo me están haciendo probar cosas nuevas.
    He sido capaz de escribir con los tres niños alrededor y escuchando de fondo a Peppa Pig ?. Incluso con el bebé en brazos he escrito alguna palabra.
    No sé si es que me estaré haciendo vieja, o que al final una se acostumbra a todo.
    Un saludo.

  4. Ola Víctor que cñistoso pero como tu dijistes cada persona es un mundo.La esencia de cada ser viviente de una manera distinta.Pues mi esencia es plasmada en ruidos y silencios.Ruidos o.musica estímula a.mis sentidos… Silencios que inspiran a mi ser a lugares inolvidables transportandme como un águila tan alto y sin retorno en el ámbito divino selestial……gusto en saludarte..besos…

  5. Uf, no sé yo, ¿eh? A mí lo del ruido ese de cabina de avión me agobia bastante por lo poco que lo he escuchado…

    ¿Alguien ha probado con uno de esos cascos de martillo neumático, pero de los de verdad, no de los que son “como los de martillo neumático”, no. Unos de obra.

    1. No estoy seguro de que funcionen para esto. No soy ningún experto, pero tengo entendido que solo bloquean aquellos sonidos que pueden dañarte el oído. Vamos, que oyes esencialmente lo mismo, pero amortiguado. Con los “falsos” ear defenders, la única forma de aislarse del todo era usando además unos auriculares debajo con música o cualquier otra cosa.

  6. Yo oí decir que la gente muy creativa tiene más difícil concentrarse y por eso necesaita más silencio. entendía que los no creativos no tienen este problema y pueden, por ejemplo, leer en el metro, etc. pero sí decís que hay escritores que escriben con ruido, pues no sé, porque un escritor se supone que es alguien creativo, no? ^^ quizás falle mi teoría ^^.

    por cierto, el invento este del sonido, si el ruido de fondo no es muy alto, claro (hay cafeterías que… dios), funciona. gracias 😉

    1. Encantado de ayudar, Aydim. No creo que haya ningún conflicto entre la creatividad y la capacidad de concentración. Me parece, más bien, que algunos de nosotros estamos cableados de forma un poco distinta. Entre determinados perfiles —los programadores, por ejemplo— es frecuente encontrar personas a las que les gusta trabajar con un loop musical de fondo: esto es, una canción que se repite cíclicamente cientos y cientos de veces. Yo me volvería loco, pero a ellos les ayuda a “entrar en fase”, aislarse del mundo y concentrarse mejor.
      Mi tolerancia con el ruido ha decrecido durante estos años, porque el tamaño de las ciudades en las que vivo ha ido menguando, y con ello el número de vecinos y el nivel de tráfico. De hecho, últimamente hasta duermo mal cuando hay ruidos a mí alrededor. Ya digo, solo espero que sea un proceso reversible.
      Un saludo y gracias por tu comentario.

    1. Ese también es un tema interesante, porque la concentración es una habilidad/capacidad que se puede entrenar. El problema es que no tengo paciencia para esas cosas ^-^.

  7. Sonido de secador, de lluvia, cascada, ventiladores, o cualquier tipo de ruido blanco.
    La teoría dice que nuestro cerebro no reacciona al ruido, reacciona a la variación de este, por eso una capa de ruido blanco hace de “escudo” para todos los sonidos inferiores.
    Mi favorito es el secador (real) encendido, pero con auriculares también funcionan muy bien.
    Aparte de tener pistas de audio con este tipo de sonidos (por internet se encuentran fácilmente) hay aplicaciones para smatphones con distintos sonidos, por si los necesitas sin conexión a internet.

  8. Altamente interesante… jeje… Yo escribo igual en silencio que con ruidos. Pero con lo único que no puedo escribir, aunque resulte curioso, es con música. Se me va la olla a las letras o a la melodía. En fin… supongo que tengo cabida en algún curioso muestrario de bichos raros. Gracias por la entrada; ha sido divertida y tiene buenas ideas. ¡Feliz Navidad!

  9. ¡Hola, Víctor! En más de una ocasión he utilizado el ruido blanco para escribir, pero solo un rato. Al final me he adaptado a escuchar algo de música para escribir. Voy variando, en realidad XD
    Hoy voy a publicar un artículo hablando sobre este tema, escribir con música o en silencio, y te menciono con este artículo 😛

    ¡Un saludo!

    1. ¡Buenas, David! Perdona por el retraso en responder y mil gracias por la mención en tu artículo. Ahora mismo me paso a leerlo. Un abrazo.

Envía un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: Víctor Sellés Finalidad: gestionar los comentarios Legitimación: tu consentimiento Destinatarios: los datos que me facilitas estarán ubicados en los servidores de HostGator (proveedor de hosting de victorselles.com). Ver política de privacidad de Hostgator Derechos: podrás ejercer tus derechos, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos.