Se acerca Samhain -Halloween para los amigos- y desde aquí me gustaría recomendaros diez lecturas para pasar a gusto la mitad oscura de este nuevo año celta. Entre ellas no hay sólo terror, y de hecho he intentado hacer una lista un poco atípica. Creo que lo he conseguido, porque hay novelas, relatos y hasta algún cómic, pero no hay ni un solo libro de Poe, de Stoker, de Lovecraft o de Shelley. Y más difícil todavía: ni uno sólo de Stephen King. Disfrutad.
El árbol de las brujas, de Ray Bradbury (1972): Ocho muchachos se disponen a celebrar Halloween cuando descubren que uno de sus amigos ha iniciado un viaje extraordinario a través del tiempo y del espacio. Junto a un extraño personaje llamado Mortajosaurio, los chicos visitarán el Antiguo Egipto, Grecia, Roma, el mundo celta, Notre Dame y El Día de los Muertos en México.
Esta novela corta del maestro Bradbury es bastante desconocida, al menos si la comparamos con otros de sus trabajos como “Fahrenheit 451”, “Crónicas Marcianas” o “La feria de las tinieblas” (otra gran recomendación para Halloween). Sin embargo, “El árbol de las brujas” es una pequeña joya que precede en estilo y temática a las obras de Neil Gaiman. Sobre Bradbury, Gaiman dijo que “era bueno y amable, y siempre lleno de entusiasmo, y el panorama del mundo en el que vivimos habría menguado si no se hubiera encontrado en él”.[1]
La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving (1820): La historia de Ichabod Crane y el jinete sin cabeza no necesita presentación, pues el cuento de Washington Irving forma ya parte del imaginario colectivo. Además, este relato puede servir al lector de introducción o de descubrimiento de Irving, uno de los primeros y más importantes escritores norteamericanos, que además tuvo mucha relación con España. “Cuentos de la Alhambra” es un libro que no debería faltar en ninguna biblioteca.
Llevada al cine en 1999 por Tim Burton, desde el 2013 “La leyenda de Sleepy Hollow” también puede verse hoy en forma de serie de televisión en la cadena FOX.
Carmilla, de J. Sheridan Le Fanu (1872): En esta novella se narra la historia de Laura y de cómo su vida cambia cuando aparece en escena Carmilla, una mujer vampiro. Inspirada en la historia real de Erzsébet Báthory, “Carmilla” fue escrita dos décadas antes que la famosa “Drácula” de Bram Stoker. Aunque es mucho menos conocida que esta última, “Dracula” bebe mucho de la obra de Le Fanu.
El cuervo, de James O’Barr (1989): Este cómic es quizá más conocido por la película del 94 del mismo nombre, dirigida por Alex Proyas y protagonizada por Brandon Lee. La historia narra la aparición de Eric Draven en Halloween, guiado por un espíritu guardián, para traer la venganza a aquellos que lo asesinaron junto a su prometida.
La obra original es dura, violenta y se aleja de los convencionalismos propios del cine. Influenciada por el movimiento músical post-punk y el gótico, el cómic está lleno de referencias a figuras y bandas emblemáticas como Bauhaus y The Cure. Una obra de arte muy personal y llena de odio, locura y dolor que se aprecia en cada una de las palabras y en cada uno de sus febriles y oscuros trazos.
Cabal, de Clive Barker (1988): Novellade terror que comienza con Boone, un enfermo mental encerrado en un psiquiátrico convencido de que ha cometido terribles asesinatos que no logra recordar. A través de los labios de un loco, Boone conocerá la existencia de un extraño lugar mítico llamado Midian, un cementerio que es a la vez una ciudad donde los monstruos habitan entre las tumbas.
Cabal fue llevado al cine por el propio Barker en 1990 bajo el nombre de “Razas de noche”. Si bien esta novella está lejos de ser una de las obras cumbre del autor, que ha escrito otras más meritorias como “Hellraiser” y “Los Libros de Sangre”, es muy interesante por su potencial inexplorado, por su capacidad evocativa. Eso sí, termina de una forma un tanto abrupta dejando la puerta abierta a una segunda parte que nunca se ha llegado a materializar, a pesar de los rumores.
El libro del cementerio, de Neil Gaiman (2008): La obra está basada en “El libro de la selva” de Rudyard Kipling. Siguiendo esta referencia, cada uno de los ocho capítulos es una historia corta y está separada de la anterior cronológicamente, de modo que podemos ver cómo Nadie Owens va creciendo desde que es un bebé hasta la madurez. Eso sí, en un cementerio.
El monje, de Mathew Lewis (1796): Esta lista no estaría completa sin una obra propiamente gótica. He elegido “el monje” por encima de otras opciones más obvias (Drácula y Frankenstein son las primeras que me vienen a la cabeza), porque está ambientada en España y por su carácter rupturista y transgresor que le granjeó terribles críticas en el momento de su publicación.
La novela no sólo incluye escenas de pactos con el diablo, de violaciones y de incesto. También la Inquisición española juega un papel, y es una de las primeras obras –si no es la primera- en las que aparece un cura como villano. Está bien escrita y tiene todos los elementos de una narración gótica: castillos medievales, damiselas en apuros, fantasmas, etc. Eso sí, sólo recomendado para lectores a los que no les importe mascar pura Leyenda Negra durante unos cuantos cientos de páginas.
La semilla del Diablo, de Ira Levin (1967): Esta novela es hoy famosa por la versión cinematográfica de Polanski, pero en su momento fue un auténtico best-seller llegando a convertirse en ser el libro de terror más vendido de los años sesenta.[2]
El Horla, de Guy de Maupassant (1886): Uno de los relatos más conocidos de este escritor francés. El Horla nos cuenta, en forma de diario, la historia de un hombre burgués que tras un extraño encuentro en el mar empieza a sentir la presencia de un misterioso ente que terminará por volverle loco. Este cuento es considerado una de las mayores influencias de H. P. Lovecraft, y un precedente importante de su relato “La llamada de Cthulhu”.[3]Como en el caso de “La leyenda de Sleepy Hollow” para Washington Irving, “el Horla” es una magnífica carta de presentación para adentrarnos en la obra de uno de los autores más importantes en la historia de la literatura.
La música de los vampiros, de Poppy Z. Brite (1992): ¿Una historia de vampiros en Nueva Orleans que no es obra de Anne Rice? Pues sí. Y “La música de los vampiros” (Lost Souls en su título original en inglés) es bastante más que una novela escrita a la sombra de “Entrevista con el vampiro”. Cuenta la historia de Nada, un adolescente que vive con sus padres adoptivos. Fuera de lugar y desconectado del mundo, Nada comenzará un viaje de carretera buscando a los miembros de Lost Souls, una banda de rock cuyas canciones parecen ser lo único que suscita su interés.
Junto con “El Cuervo”, “La música de los vampiros” es una de las obras emblemáticas del género gótico moderno, que en una especie de uróboros o de pescadilla que se muerde la cola, se extiende más allá de las fronteras de lo musical para retroalimentarse e influir de nuevo sobre el medio literario que le insufló vida.
Hasta aquí mi lista. Espero que alguno de estos libros os haya llamado la atención. ¿Y a vosotros? ¿Se os ocurren otros libros que recomendar para estas fiestas?
[1] http://www.boston.com/ae/celebrity/articles/2012/06/06/writers_filmmakers_react_to_ray_bradburys_death/
[2] http://en.wikipedia.org/wiki/Rosemary%27s_Baby_%28novel%29
[3] http://en.wikipedia.org/wiki/The_Horla
Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se dedica a la traducción y realiza informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y Fantasmas de verde jade (todas con Obscura Editorial).
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