Hace pocos días ha visto la luz uno de mis relatos en SuperSonic Magazine.
Hay muchas revistas de literatura de género, pero para mí SuperSonic es un proyecto especial y el que creo que mejor representa la vanguardia del movimiento en España. Es una publicación que tiene afán internacional (y nuestra literatura necesita de ese impulso internacional más que respirar), y que se curran cada nuevo número como si fuera el último.
Polvo es un relato sobre España pero, sobre todo, es un relato sobre mi generación, la de la crisis, la que anda a caballo entre la X y los Millenials. La generación sin nombre, el hermano de en medio. Algunos la han denominado Y, que es casi lo más insultante que te pueden llamar. Por mi parte, prefiero que nos llamen generación perdida, porque al menos significa algo. De la última generación perdida (la del Crack del 29) salieron Hemingway, Fitzgerald, Steinbeck, Dos Passos y Faulkner.
A ver qué sale de esta.
En el mundo de Polvo, la juventud ha descubierto una droga para seguir viviendo eternamente en ese pasado mejor: el de los adosados, los BMWs, las pensiones, el trabajo fijo y las hipotecas.
Lo único que tienen que hacer es hincar la pala en la tierra, sacar a los muertos, prenderles fuego y fumárselos.
Bienvenidos al mundo de la cadaverina.
Cada generación tiene su droga. Los hippies tuvieron toda esa basura alucinógena, los yuppies la cocaína, los hijos del rock el jaco, los bakalas las pastis, y después vino el óxido nitroso inhalado, el krokodil, el K2, el Molly y la keta; toneladas de Special K.
A nuestra generación le ha tocado la cadaverina. Con ese nombre han bautizado a los huesos humanos quemados y pulverizados, que se mezclan con unos polvos traídos de oriente. Una receta ancestral que ahora fabrican los brujos de Siria y de Iraq en bañeras caseras o en laboratorios químicos dentro de almacenes semi-destruidos en Damasco y en Bagdad. También lo llaman encanto de djinn, la memoria de los huesos o, simplemente, polvo zombi.
Disponible en Lektu y en Amazon.
Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se dedica a la traducción y realiza informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y Fantasmas de verde jade (todas con Obscura Editorial).
Llego un poco tarde, pero es que me estoy poniendo al día para votar a los Ignotus. Acabo de leer el relato, que me ha traído hasta esta web (ya añadida a marcadores).
El relato me ha fascinado, la verdad. El retrato de la generación es brutal. Enhorabuena. Ya tienes un voto seguro en los Ignotus.
Saludos
Pues muchísimas gracias, Salva, por el comentario y por la nominación. Me alegra un montón que hayas disfrutado de “Polvo”. ¡Un saludo!