¿Por qué la poesía no está sufriendo un renacimiento con Internet? ¡Si es que es obvio! ¿O solo me lo parece a mí? Un universo dominado casi exclusivamente por la palabra escrita, menos tolerancia a perder el tiempo con textos largos… ¿Qué mejor entonces que un poema? Una pieza que puede deglutirse rápido, que casi siempre expresa una sola cosa (o una sola cosa cada vez). ¿Es que tenemos que inventarnos la poesía basura? ¿La poesía rápida? ¿Otra vez?
No creo. Los versos encajan a la perfección entre los márgenes de un Smartphone. La duración de un poema es perfecta para hacer una visita al baño. Un poema dura lo que tarda en hervir el agua para hacer un caldo, dura lo que dura la pausa de un cigarrillo en mitad de una jornada de trabajo. Dura lo que tarda el metro en cruzar tres estaciones, lo que tarda Lola en acudir a la cita que le pedimos el viernes por la tarde, lo que tarda en que llegue tu turno en la cola de la pescadería.
Pero el caso es que falta poesía en Internet, falta poesía en las estanterías de las librerías de los centros comerciales, falta poesía en los trayectos de autobús, en los centros educativos, en las consultas del médico. En fin, falta poesía en todas partes.
Y bueno, quizá esto no sea del todo cierto. Al fin y al cabo muchos escriben –escribimos- poesía. Muchos escribimos y nadie nos lee. Muchos no somos lo bastante buenos, y eso está bien. No todo el que coge una guitarra es Jimmy Hendrix, no todo el mundo es Jimmy Page. Pero podemos tomar prestados cuatro acordes y brillar con luz propia un viernes por la tarde en el parque, ante una audiencia de gorriones y de avispas. Al fin y al cabo tienen alas; si no les gustara, ya habrían salido volando.
En Internet es igual. Está bien escribir poesía, aunque sea en blogs marginales despreciados por los buscadores, por los robots de Google. Está bien ser una gota en el océano si es lo que estamos destinados a ser, y escribir poemas malísimos sobre el mar y sobre las rosas y sobre el amor. Y está bien que no nos lea nadie, cuatro gatos como quien dice. Que “sobren poetas y que falte poesía”. Todo eso está muy bien.
Lo que ya no está tan bien es que sobren poetas y falten lectores. Un exceso de oferta y una demanda menguante provoca una bajada de precios. Y han bajado tanto, tanto, que en internet los poemas se regalan. Eso debería animar al lector. Pero ni por esas. Al final parece que los mayores lectores de poesía son otros poetas.
Entonces, ¿cuál es la razón? ¿Por qué la poesía no ha triunfado con Internet? A lo mejor nos dirigimos inexorablemente hacia un arte exclusivamente visual, y las manifestaciones literarias, no solo la poesía, acaben desapareciendo por completo. Espero que no. La imagen y la palabra sugerirán siempre ideas distintas.
El problema es tal vez de educación. La poesía hay que acercarla a los lectores, potenciarla con muchas ganas. Hay que luchar por ella, por una poesía cercana, natural. Que leerla forme parte de la vida cotidiana. Yo no sé cómo hacerlo, pero para empezar se me ocurre que hay que promocionar la poesía de otros mucho más que la nuestra propia. Hay autores geniales, con una trayectoria brillante, consagrados, y que aun así parece que haya que sacar del barro y de la marginalidad. Es como si al acabar la promoción de un libro, el libro ya no interesase a nadie, se fuese a la mierda para siempre y no fuera a leerse nunca más.
Internet es la oportunidad perfecta. Los poetas ya están ahí. Las redes están creadas. Sólo hay que aprovecharlas. Colaborar difundiendo aquello que nos ha interesado, emocionado, apasionado. Al fin y al cabo, la cultura de Internet se basa en la idea de compartir.
* * *
Como parte del sentimiento que me ha animado a escribir esta entrada, quiero dar visibilidad a unos cuantos blogs y autores. Lo cierto es que me gustaría incluir muchos más, pero no quiero abrumar a los potenciales lectores. Algunos son de sobra conocidos, y otros no tanto, pero todos coinciden en ser muy buenos y en ofrecer poesías gratis. Sí, gratis.
El lenguaje de los puños: Como poeta, David González no necesita presentación. Pero en su blog, además de tratar sobre sí mismo, hace un grandísimo esfuerzo por promocionar a otros compañeros del gremio. ¿El resultado? Un par de poemas nuevos cada día, de autores dispares. Una forma maravillosa de conocer gente nueva.
La juventud del otro: Blog personal del “aspirante a poeta” (como él mismo se describe, yo creo que de aspirante no tiene nada) Jorge M.Molinero. Ahora mismo se encuentra en plena promoción de su último libro, “La noche que llovieron impermeables”, editado por Origami.
No empecemos: Sergi Puertas, además de haber sido redactor de la famosa revista El Víbora es un magnífico poeta. Ha tenido el detalle de colgar un buen puñado de poemas en scribd para que todos podamos disfrutarlos.
Demasiado joven para el blues: Cruce de caminos personal del poeta y perseguidor Abel Santos. Autor de “Todo descansa en la Superficie”, publicado por Ediciones Vitruvio (2013).
Roger Wolfe: Elijo este autor en particular porque me encanta, pero en la web del link, “Poemas del alma” puedes acceder a ejemplos de la obra de otros muchos poetas, y también de autores amateur.
Obituario: Revista malagueña que puede leerse online de forma gratuita y que tiene la gracia de que cada número está dedicado a un muerto famoso. En el último número, Frank Kafka.
Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se dedica a la traducción y realiza informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y Fantasmas de verde jade (todas con Obscura Editorial).
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