Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se dedica a la traducción y realiza informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y Fantasmas de verde jade (todas con Obscura Editorial).
Software para escritores: FocusWriter
Hace un tiempo ya os hablé de iWriter, un procesador de textos algo complejo para planificar novelas, y hoy quiero hablaros de FocusWriter, que es todo lo contrario: Un procesador de textos extremadamente simple para centrarnos en lo que importa, que es escribir.
Soy el primero que entiende que para escribir no hace falta más que un papel y un bolígrafo, y que cualquier otra cosa es un extra innecesario. Sin embargo, algunos de estos extras pueden resultar al escritor de mucha ayuda, sobre todo a los fanáticos de la organización o que, como yo, pretendan volverse algo más organizados.
FocusWriter es gratuito, y puede descargarse aquí. La idea es no tener nada que nos distraiga, y por eso la primera vez que abramos el programa, seguramente nos quedemos muy sorprendidos al ver algo tal que así:
El entorno de trabajo de FocusWriter no puede ser más minimalista. El fondo de madera, por cierto, es personalizable.
Ni menús, ni barra de Windows ni nada de nada. Sólo el folio en blanco y el cursor o, en otras palabras, sólo el papel y el bolígrafo. Cuando pasamos el cursor por arriba se desplegará, eso sí, una barra de menús que antes permanecía oculta. Aquí podremos guardar, abrir e imprimir documentos, darle algunas opciones de formato al texto, comprobar la ortografía y poco más.
FocusWriter está por lo tanto pensado para que nos centremos en escribir. Cuando el programa esté abierto no veremos ni las actualizaciones de Facebook, ni cuántos mensajes nuevos han llegado al timeline de Twitter. Eso sí, el programa tiene dos opciones extra que son las que, en mi opinión, lo hacen más interesante.
En “Preferencias” podremos establecer objetivos diarios, entre otras cosas.
La primera son las alarmas. Si queremos marcarnos como objetivo dos horas de trabajo al día, podemos poner la alarma para que nos informe cuando hayamos terminado y no nos pasemos todo el tiempo mirando al reloj. La segunda son los “objetivos diarios”. Si nos marcamos 1000 palabras, o 2000 palabras, el programa las contabilizará y nos mostrará nuestro progreso en tiempo real en una barra inferior.
Sé que hay algunos escritores a los que no les gusta contar las palabras, pero a mí me parece una forma excelente de hacernos una idea de nuestra productividad en cada sesión. Al fin y al cabo los libros están compuestos de palabras, y si queremos escribir una novela necesitaremos al menos setenta mil. Y saber que somos capaces de escribir mil al día, por ejemplo, nos ayuda a centrarnos en nuestro objetivo, que no es otro que acabar el proyecto con éxito.
FocusWriter parece bastante práctico para redactar una primera versión de una novela, y me estoy planteando usarlo durante mi maratón de escritura programado para la segunda quincena de Agosto (por cierto, ¡apúntate!). Para los que se distraen con cualquier cosa, FocusWriter también puede ser útil, siempre y cuando se lo tomen en serio. Obviamente, para labores de revisión y corrección es necesario un programa más elaborado, como Word o LibreOffice.
Son pocos los afortunados que pueden dedicar su tiempo íntegramente a la escritura. Ellos se pueden permitir el lujo de perder el tiempo consultando el correo y eligiendo fuentes de letra para los títulos de sus capítulos. El resto de nosotros tenemos que evitar estas distracciones y aprovechar al máximo las escasas horas que podemos arañarle al reloj.
Gracias por el dato, Victor.
Un abrazo.
HD