Los libros de bolsillo están desapareciendo; solo tienes que pasearte por cualquier librería para comprobarlo. Estos cada vez son más escasos y muchos de los ejemplares de tapa dura o rústica que encontrarás en las mesas de novedades no volverán a publicarse en formato bolsillo, aunque hayan tenido éxito y sean reimpresos varias veces.
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¿Por qué está desapareciendo el libro de bolsillo?
En origen, la idea del formato bolsillo era ofrecer un libro a bajo coste con una menor inversión en materiales: portada blanda, papel de gramaje más fino, menor tamaño y tinta de peor calidad.
En los contratos que los escritores firman con las editoriales, las ediciones de bolsillo se negocian por separado y suelen tener un tratamiento distinto, con un porcentaje de beneficios más bajo para todas las partes implicadas. Si en una edición corriente el porcentaje que recibe el escritor oscila entre el 8-12% del precio de venta, en el caso del libro de bolsillo este se reduce hasta el 5-6%. Es decir, que para que una edición de bolsillo salga rentable, tiene que vender mucho. Muchísimo.
Porque esa es la idea. Los libros de bolsillo están destinados al público mayoritario. Son pequeños para poder transportarse fácilmente y baratos precisamente para apelar a un comprador que no está dispuesto a gastarse mucho dinero en una novela. Son (o eran) ideales para leer en el metro, en la consulta del dentista, para llevar a la playa…
Hay que entender también que los lectores de libros de bolsillo no tienen por qué coincidir con los que leen tapa dura o ediciones rústicas. El lector de bolsillo es más generalista, menos de nicho. Obviamente, muchos alternan y no es lo mismo una edición de bolsillo de Valdemar que otra de Planeta. Ambos grupos se solapan, pero es evidente que el lector que busque obras menos conocidas no las encontrará en ediciones de bolsillo, sobre todo si son de reciente publicación.
En cualquier caso, ese público «mayoritario» sigue existiendo, pero ya no es tan numeroso como antes. Eso supone un problema, porque las editoriales no pueden sacar tiradas tan grandes, lo que afecta al coste de las imprentas. La cuestión afecta a todos los formatos, pero especialmente al libro de bolsillo, con tiradas más grandes para abaratar costes.
Por otra parte, el público «mayoritario» que consumía sobre todo libros de bolsillo ha basculado hacia otros formatos más modernos. Uno de ellos es el audiolibro, que triunfa sobre todo con las obras de no-ficción, pero también en la literatura.
El otro formato, como no podía ser de otra forma, es el libro electrónico.
Un ebook tiene las mismas ventajas que un libro de bolsillo y además ofrece otras facilidades: puede contener miles de libros, conserva siempre la página en la que te has quedado, tiene acceso a una web donde adquirir otra novela si terminas la que estás leyendo, puedes ajustar el tamaño de letra en el caso de que tengas problemas de vista, y un largo etcétera.
La irrupción del libro digital ha provocado un descenso en las ventas de libros de bolsillo. Además, la novela digital no tiene costes de almacenamiento para las editoriales y los costes de distribución son muy bajos, así que han apostado mayoritariamente por este formato.
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¿Es la desaparición de los libros de bolsillo un problema?
Para algunas personas, sí. Hay quien odia los libros en tapa dura o formatos grandes, y que no ha logrado acostumbrarse a consumir libros en formato electrónico. El precio también es un factor a tener en cuenta para aquellos a los que no les interesen los libros digitales, que en muchos casos son más baratos que su contrapartida de bolsillo. Para las personas a las que les gusta conservar libros de papel en la estantería, el formato bolsillo les permite acumular más obras en menos espacio, lo que puede suponer otra ventaja.
Además, la desaparición del libro de bolsillo es una pequeña tragedia para los autores. La dura realidad del mundo editorial es que un libro recién publicado tiene una vigencia de 3-4 meses y luego es muy posible que caiga en el olvido: desaparece de las librerías y de las redes sociales y es como si nunca hubiera existido. La gracia de la edición de bolsillo es que permite insuflar nueva vida a una historia que ha costado años de trabajo y le ofrece al escritor una nueva oportunidad de llegar a los lectores.
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¿Acabarán desapareciendo por completo los libros de bolsillo?
Es posible, sí. Del mismo modo que pienso que el libro físico no va a desaparecer jamás (o por lo menos, yo no lo veré), sí creo que algunos formatos a los que estamos acostumbrados quizá ya no vuelvan nunca. Los periódicos de papel y las revistas mensuales están en riesgo de extinción y probablemente las novelas de bolsillo también.
Actualmente, la mayor parte de libros que siguen apareciendo en bolsillo pertenecen a autores ya consagrados y con un número altísimo de ventas: extranjeros como Stephen King o Brandon Sanderson, o españoles como María Dueñas o Arturo Pérez-Reverte. Son creadores que representan un valor seguro para la editorial; es muy difícil que escritores poco conocidos den el salto a la edición de bolsillo.
Al mismo tiempo, el libro físico se ha ido convirtiendo en un objeto de lujo o quizá en un producto «menor». En ciertos géneros como la novela fantástica, hoy día es más frecuente encontrar una edición normal a la que sigue una deluxe que una edición de bolsillo. Este tipo de libro en rústica o tapa dura no está tan amenazado por el formato electrónico. Tampoco la novela gráfica o el libro de gran formato con páginas satinadas e ilustraciones a color.
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En conclusión
Como objeto de consumo rápido y posterior descarte, el libro de bolsillo empieza a estar obsoleto y ha sido sustituido por el audiolibro o el libro electrónico; por eso es muy posible que acabe desapareciendo.
Sin embargo, si bien el contenido de un libro parece tratarse como un mero objeto de consumo, el continente sigue siendo importante para ciertos puristas que buscan objetos de coleccionista, experiencias de lectura distintas, decoración, nostalgia y un largo etcétera.
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¿Y a ti? ¿Te gusta comprar y leer libros en formato bolsillo o prefieres la literatura en rústica o tapa dura? ¿Disfrutas con las ediciones especiales de tus obras favoritas o prefieres la comodidad de los audiolibros y los libros electrónicos?
Cuéntamelo en los comentarios.
Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se ha dedicado a la traducción y a realizar informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y la trilogía de La Sociedad de Lundenwich (todas con Obscura Editorial).
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