En las montañas de la locura de Guillermo del Toro

Hoy traigo al blog un ejercicio de cine-ficción: el análisis exhaustivo de la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro, uno de los proyectos fetiche del cineasta. Del Toro invirtió muchos años en sacar adelante la adaptación de esta novella de H. P. Lovecraft —quizá mi obra favorita del escritor de Providence— que describe una expedición científica a la Antártida que se topará con los restos de una civilización alienígena.

Guillermo del Toro trató por todos los medios de sacar adelante la película durante años, y estuvo a punto de conseguirlo en varias ocasiones. El presupuesto original rondaba los 140 millones de dólares y contaba con Tom Cruise como estrella principal y James Cameron en la producción en un formato 3D parecido al que pudimos disfrutar en Avatar (2009). Por tanto, estamos hablando de una película de alto presupuesto, con una clasificación R (solo para adultos).

¿Quieres saber por qué no se rodó y cómo podría haber sido el resultado final? Aquí voy a analizar el guion escena a escena, comparándolo con la novella publicada por H. P. Lovecraft en 1936. Esto nos permitirá hablar de los Mitos, la obra original, Guillermo del Toro, Edgar Allan Poe, la estructura de un guion cinematográfico, la técnica de foreshadowing y un montón de cosas más.

 

Consideraciones generales sobre el guion de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro

 

La versión del guion consultada es esta y está firmada tanto por el propio Guillermo del Toro como por Matthew Robbins, colaboración que ya incluyó proyectos previos como Mimic (1997), Don’t be Afraid of the Dark (2011) y Crimson Peak (2015).

Por alguna razón, varios medios en España (tomatazos, vandal, La casa de El, etc.) han afirmado a lo largo de este pasado mes de marzo de 2020 que el guion acababa de ser filtrado. Es un error. En The Lovecraft Ezine lleva colgado desde 2013 y es bastante posible que fuera accesible años antes.

En Vandal también afirman que Ron Perlman iba a protagonizar el film, lo que tampoco es cierto. El papel protagonista era para Tom Cruise, o en su defecto para James McAvoy; Perlman habría interpretado a Larson, uno de los personajes principales, de acuerdo con una entrevista a Guillermo del Toro realizada en 2011.

Tom Cruise James McAvoy y Ron Perlman
Tom Cruise, James McAvoy y Ron Perlman. Los dos primeros se disputaron el papel de William Dyer, el científico protagonista. Cruise era el favorito de Guillermo del Toro, mientras la productora prefería a McAvoy. Guillermo del Toro reservó el papel de Larson para Perlman.

El guion en sí no está fechado, aunque su creación debe rondar el 2006. Parece ser, además, que existen varios borradores posteriores con algunos cambios. Estos fueron mencionados en relación con una revisión publicada en Internet hace diez años (que podéis leer aquí); uno de ellos es muy relevante, así que haré referencia al mismo durante este análisis.

En consonancia con la novela, el guion es corto; 107 páginas que equivalen aproximadamente a 1 hora y 50 minutos o menos, pues en las películas actuales la regla de que una página de guion equivale a un minuto de metraje ya no se cumple con exactitud.

Es evidente que una adaptación cinematográfica ha de incluir modificaciones importantes (lo que no implica necesariamente que tenga que seguir la «radiofórmula» de Hollywood). La versión original de En las montañas de la locura de Lovecraft, dada su naturaleza serial, está estructurada en tres partes, que corresponden a los tres números de Astounding Stories en los que apareció originalmente. La primera de ellas concluye con un cliffhanger (la destrucción del campamento base en mitad de una tormenta) y la segunda acaba en medio de la historia de los Antiguos y sus sirvientes los shoggots.

Esta estructura es muy difícil de trasladar al celuloide y tampoco tiene mucho sentido hacerlo, pues perjudicaría el producto final.

 

En las montañas de la locura de Guillermo del Toro

 

Como comentaba antes, la película de Guillermo del Toro no sigue la estructura de la historia de Lovecraft. El guion comienza en 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial y una década después de los acontecimientos de la novella. El buque Arkham vaga a la deriva con un montón de perros momificados y un hombre en una habitación sellada que parece haber perdido el juicio.

Como se revela más tarde, se trata del profesor Dyer, un integrante de la expedición original, y el papel protagonista reservado para Tom Cruise… a pesar de que en el guion el personaje es descrito como un joven de 25 años durante la mayor parte del film.

 

1. La fiesta de Miskatonic

En el hospital, Dyer narra las vicisitudes de su exploración para evitar que un tal Starkweather visite la Antártida, recuperando así el estilo en primera persona de Lovecraft. La película constituye un gran flashback con sucesivas pero discretas intervenciones de Dyer mediante la voz en off, un guiño al formato del narrador de la novella.

El flashback conduce al espectador a una fiesta de la universidad de Miskatonic donde se presentan los personajes (Atwood, Pabodie, Fowler, Lake, etc.), y se argumentan los motivos de la expedición frente a la prensa: investigar el registro fósil de la Antártida en busca de indicios del origen de la vida en la Tierra y el papel de los seres humanos en la Evolución. Este es, en teoría, el «tema» de la película. De acuerdo con el método S2 de Snyder, el tema suele aparecer en los 5 primeros minutos de metraje. En el guion de Guillermo del Toro aparece en la página 10, un poco tarde, quizá consecuencia de ese «proemio» que precede al flasback.

A continuación se introduce un conflicto entre Dyer y Anne, su esposa embarazada. Dyer se siente obligado a acompañarlos debido a su relación alumno-mentor con el líder de la expedición, Gilman Lake, a pesar de que su hijo está a punto de nacer. Lake logra convencer a Dyer mostrándole en privado un fósil muy descompuesto y fragmentado de un Antiguo. Es una forma de vida muy desarrollada, a pesar de que el origen de las rocas es precámbrico. Una anomalía imposible.

Aprovecho esta escena para comentar que, a nivel de paleontología, las descripciones que construye Lovecraft en En las montañas de la locura siempre me han gustado mucho, por lo que habría preferido que Del Toro diese algo más de énfasis a los aspectos geológicos y biológicos de la expedición, en consonancia con la obra original, la cual en muchos tramos casi recuerda a un informe científico.

Durante la fiesta se presentan asimismo las perforadoras que utilizarán en la misión, descritas como «algo sacado de una novela de Julio Verne». No es difícil imaginárselas al estilo de Guillermo del Toro, con ese toque Steampunk que ha caracterizado otras de sus películas como Hellboy II.

 

2. Lovecraft y el homenaje a Arthur Gordon Pym de Edgar Allan Poe

El recurso de la fiesta antes del viaje es bastante habitual. Se utiliza a la prensa para informar de un modo directo al espectador y al mismo tiempo se emplea el contexto para presentar las relaciones entre los personajes, si bien la mayor parte de los secundarios (junto con los perros y su cuidador, Gunnarson, que tirarán de los trineos y jugarán un papel importante más adelante) serán introducidos en la siguiente escena cuando, ya iniciado el viaje, los buques Miskatonic y Arkham naveguen por el océano antártico.

En ese momento distribuyen el correo. Danforth recibe un lote de libros entre los que se encuentra The narrative of Arthur Gordon Pym, of Nantucket. Lovecraft también cita esta obra (la única novela que escribió Edgar Allan Poe, publicada en 1838) en dos ocasiones a lo largo de En las montañas de la locura. La primera hace referencia a la ambientación de la novela, y la segunda al grito «Teke-lili», que aparecerá más adelante. Es un detalle de agradecer que la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro mencione esta influencia reconocida por Lovecraft en su propio trabajo.

Al mismo tiempo, en su novella Lovecraft hace referencia (hasta en cinco ocasiones) a las pinturas asiáticas de Nicholas Roerich, de las que incluyo una muestra más abajo. Es presumible que Guillermo del Toro, dada su capacidad para la imaginería visual y la enorme influencia que la pintura y el arte han jugado en su carrera cinematográfica (aquí podéis ver un ejemplo de cómo usa las gamas de colores en El laberinto del fauno), habría utilizado los cuadros de Roerich para inspirar los paisajes desolados de la Antártida en la película.

 

dos cuadros de Nicholas Roerich
Dos cuadros de Nicholas Roerich. Izquierda: Mountains landscape; Derecha: Kangchenjunga, Himalaya.

 

3. Fin de la introducción

Poco después se nos revela mediante una transmisión de radio que la mujer de Dyer ha muerto en el parto, junto con el bebé. Solo el capitán del Arkham y Lake están presentes cuando se recibe el mensaje, y este convence al capitán de no revelárselo a Dyer todavía. Tanto el fósil del Antiguo como el hecho de que Dyer no recibiera ninguna carta de su mujer cuando repartieron el correo son dos buenos ejemplos de anticipación o foreshadowing (si quieres saber más sobre esto, puedes consultar el artículo que escribí para Lecturonauta).

Después, Dyer tiene un sueño en el que su hijo se convierte en una criatura tentacular, aparece por primera vez una mención a un «hombre oscuro» y, cuando despierta, ha tenido lugar una anomalía temporal, el buque ha chocado contra algo y se ha producido una fuga.

En este punto nos encontramos en la página 30 del guion. Según la estructura clásica, 30-60-30 son el número de páginas que debería ocupar la introducción, el nudo y el desenlace en un guion cinematográfico (o 30-60-20, habitual en los últimos años). Es, en cualquier caso, el primer punto de giro.

 

4. La autopsia de los Antiguos

El Arkham envía un mensaje de socorro al Miskatonic, pero solo recibe un eco de vuelta. El capitán quiere marcharse de allí en cuanto liberen el barco, pero Lake se opone. También aparecen por primera vez los pingüinos albinos y gigantescos recortados contra el paisaje, contemplando inmóviles las montañas. Sobre estas criaturas hay una escultura que forma parte del material creado para la preproducción de la película y que ha formado parte del Gabinete de Curiosidades de Guillermo del Toro durante mucho tiempo, así que podemos hacernos una buena idea de cómo habrían sido representados en la pantalla.

en las montañas de la locura de guillermo del toro, escultura de un pinguino albino
Escultura de uno de los pingüinos albinos de En las montañas de la locura creada como parte del proceso de preproducción del filme. La fuente de la imagen en tamaño original se encuentra en la fascinante web Beyond the Mountains of Madness.

Mientras tanto, bajo el agua, descubren miles de monolitos u obeliscos de piedra cubiertos de runas. Tras extraer uno a la superficie intentan abrirlo y este se parte en dos mitades perfectas, revelando un fluido verde y viscoso que envuelve una criatura similar al fósil que Lake mostró a Dyer en la universidad de Miskatonic. No es un obelisco: se trata de un ataúd.

En el exterior, miembros de la expedición matan a un pingüino para alimentar a los perros mientras en el interior del Arkham realizan una autopsia del Antiguo, tras consultar un libro con imágenes del mismo (más tarde, el guion especifica que se trata del Necronomicón). La autopsia está narrada con poco detalle y no es demasiado fiel a la novella, aunque me ha parecido interesante la forma en la que sugiere el conflicto entre los Antiguos y los shoggots mediante la presencia de heridas de batalla en el cadáver.

Para mí, uno de los momentos más inquietantes de En las montañas de la locura es la insinuación de que criaturas extraterrestres han realizado autopsias a seres humanos. Esto lo descubrimos a través de la interpretación del narrador de las pistas y huellas que han dejado los Antiguos en vez de presenciarlo en primera persona, lo que contribuye al suspense. En la novella tiene obvias connotaciones de revancha o retribución: la vivisección de un Antiguo por parte de Lake es correspondida con la de humanos y perros poco tiempo después.

Todo esto aparecerá bastante más tarde en la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro,  por lo que se difumina un poco la inquietante simetría del original de Lovecraft. En el guion de la película, la autopsia se intercala con una escena del exterior donde los expedicionarios parecen encontrar una valla semienterrada en la nieve, quizá sugiriendo la idea de que los pingüinos estaban hacinados en una especie de granja.

una de las criaturas conocidas como Antiguos
Una de las criaturas conocidas como Antiguos, aparecidos en varias de las historias de H. P. Lovecraft (fuente).

5. El viaje a «las montañas de la locura»

Acto seguido, los perros son atacados por «algo», lo que constituye la primera de una serie de secuencias de acción que abarcarán la mayor parte de lo que resta de metraje, que no es poco. Lo que parecen las vísceras de un perro cortado por la mitad se revelan como pseudópodos. Luego el perro explota en «protoplasma» y ataca a los humanos. Gunnarson desaparece, presumiblemente muerto. Antes de que la escena termine, captan la silueta del Miskatonic, atrapado en el hielo.

En el buque, Danforth lee un breve fragmento del Necronomicón. Esto origina una discusión en la que Lake plantea la posibilidad de que se encuentren en algún tipo de disrupción temporal, un vórtice. Por tanto, esto representa otro cambio con respecto a la novella, pues Lovecraft justificaba la pervivencia de los Antiguos debido al aislamiento geográfico y al desconocimiento en aquella época de las particularidades de la Antártida. Es un cambio quizá necesario por una cuestión de verosimilitud; en pleno 2020, la Antártida ya no parece esconder tantos misterios como en los años treinta.

Al final, resuelven utilizar las avionetas para ascender a la cima de las montañas, donde creyeron distinguir estructuras similares a edificios. La mañana siguiente, Dyer descubre la muerte de su esposa y se produce una pelea entre este y Lake. Ya en vuelo, observan una fractura en el hielo que separa la península del resto del continente. Poco después, uno de los dos aviones se estrella.

Mientras tanto, la tripulación del Arkham encuentra a Gunnarson vivo y lo trasladan a la enfermería, aunque en este punto ya es más que evidente que el encuentro con las criaturas lo ha transformado en algo que no es del todo humano. Mientras el capitán del barco ultima los planes para escapar, Gunnarson aparecerá para acabar con su vida.

 

6. La historia de los Antiguos y una mención a Cthulhu

Mientras tanto, el equipo que ha viajado a las montañas estudia una serie de antiguos pictogramas en las paredes y deducen que los Antiguos eran científicos y que crearon a los shoggots, una raza de esclavos. Abajo tenéis el fragmento del guion original en inglés:

en las montañas de la locura de guillermo del toro, fragmento del guion original
Fragmento del guion original de En las montañas de la locura (pág. 59) donde se narra la historia de los Antiguos y los shoggots.

La cantidad de información que recibe el espectador es razonable. Las disquisiciones sobre los Antiguos basadas en las representaciones de los murales de la ciudad en la novella de Lovecraft eran muy interesantes pero resultaba poco creíble obtener tal cantidad de datos objetivos a través de pinturas y grabados extraterrestres que no guardaban ninguna relación con sistema humano conocido.

Por otra parte, la historia de los Antiguos abarca una longitud nada desdeñable de la novella, (alrededor de un 18% del total). En el guion, el infodumping se resuelve de forma rápida y solvente, tanto aquí como más adelante en un segundo flashback (en la sección que he titulado El vórtice temporal).

Al final de esta escena el espectador recibe lo que en principio parece una pequeña dosis de fanservice, pero que acabará componiendo una parte importante del guion de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro. Lake declara: «Estos shoggots adoraban a una antigua deidad. Una criatura tan malévola, a la que incluso los Antiguos temían». A continuación, señala el centro de la plaza, donde se alza una estatua de treinta metros de Cthulhu.

 

7. Teke-lili

Por fin, en la página 63, escuchamos a través de la radio el famoso sonido que ejecutan los shoggots en el interior del Arkham después de que Gunnarson haya dado cuenta del capitán. En una de las tiendas de campaña, Fowler se percata de que los ocho antiguos que habían rescatado del fondo del mar se han puesto en pie. Dyer, que también está en la tienda, escucha ruidos. Cuando se acerca, ve a los Antiguos viviseccionando a Fowler.

Dyer corre a través del campamento, perseguido por los Antiguos y acaba encontrando a Gunnarson, según la descripción del guion «unido a una entidad globular, empalando metódicamente a los perros con sus patas arácnidas. Una boca abierta en el centro del cuerpo de Gunnarson los ingiere, disolviendo sus cuerpos en tejido gelatinoso».

Las divergencias entre la novella de Lovecraft y la versión cinematográfica de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro son ya más que evidentes, y a partir de este punto no dejarán de aumentar. Si bien Lovecraft muestra los monstruos (tanto a los shoggots como a los Antiguos), describiéndolos con un alto nivel de detalle y un estilo desapasionado, académico y casi clínico, en realidad no se produce ningún encuentro directo hasta el final de la novella: todo son indicios, pistas y testimonios de terceras personas.

En la versión de Del Toro, en cambio, se aprovecha al máximo las posibilidades de metamorfosis de los shoggots para generar imágenes de pesadilla. Esto no contradice directamente el material original, pero sí traiciona un poco su esencia. Las secuencias de gore extremo de la película, tanto en esta como en otras escenas, justifican su calificación R y las reticencias de Warner Bros, y recuerdan mucho más a Slither (2006) o, más convenientemente, a The Thing (John Carpenter, 1982), que a la obra de Lovecraft.

De hecho, hay muchos paralelismos entre la obra de Carpenter y la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro, más allá de que The Thing también pueda ser considerada una adaptación muy libre o al menos inspirada por la novella original.

 

En las montañas de la locura de Guillermo del Toro- el perro de The Thing
El perro de The Thing (John Carpenter, 1982) en una imagen de producción (aquí la fuente, que además incluye una descripción del proceso de creación de la criatura, a cargo de Stan Winston).

 

8. El hombre oscuro y recuerdos de Mimic

Dyer consigue escapar del campamento junto con Larsen en un trineo, penetran en la base de la montaña y llegan a una especie de anfiteatro natural, donde pasan la noche. Mientras tanto, en la cima y tras el accidente, solo uno de los dos aviones puede regresar, por lo que los expedicionarios se lo juegan a la pajita más corta. Lake quiere permanecer allí, así que cede su asiento.

Dyer vuelve a ver la figura del «hombre oscuro» en sueños. Le llama y le pide ayuda, pero entonces comprende que no es una criatura humana; solo imita a los humanos. Esta escena me recordó mucho a las cucarachas de Mimic, una película de la que el propio director reniega, pero que a mí siempre me ha gustado. De hecho, el guion de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro guarda bastantes paralelismos con Mimic (especialmente la escena de la capilla que tiene lugar más adelante) lo que quizá se deba a la participación de Matthew Robbins.

Dos fotogramas de Mimic, de Guillermo del Toro
Dos fotogramas de Mimic (1997), de Guillermo del Toro.

Larsen explica a Dyer que las criaturas son susceptibles a la sal, el ingrediente que ha utilizado para cargar sus armas. Poco después ven aproximarse la avioneta, que acaba efectuando un aterrizaje forzoso en una planicie frente a la tripulación shoggotizada del Arkham. Solo Atwood, Danforth y Daniels consiguen escapar. Larsen les obliga a tragar un puñado de sal para comprobar que son humanos. Daniels falla la prueba y Larsen acaba con él.

 

9. El gran secreto revelado

Volvemos ahora con Lake y el equipo que permaneció en lo alto de la montaña. Tras descender una larga escalera acaban llegando a lo que el guion denomina «la sala de biología». Allí encuentran una amalgama de huesos petrificados que corresponden a diferentes especies de la historia geológica de la Tierra, incluyendo un esqueleto humano.

Lake extrae su ejemplar del Necronomicón y lee: «Estos seres… el primer día crearon los pájaros, el segundo día los peces y los animales que habitan el mar…»

La idea de la evolución dirigida y el diseño inteligente fue el tema central de Prometheus (Ridley Scott, 2012) y el golpe de gracia definitivo para la adaptación de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro. La idea del diseño inteligente es sugerida en la novella original de Lovecraft, pero no aparece completamente desarrollada. Sin embargo, los paralelismos entre Prometheus (que, como La cosa de Carpenter, no deja de ser otra obra muy inspirada por la novella de Lovecraft) y el guion de Del Toro son demasiado evidentes para dos películas que habrían sido estrenadas aproximadamente en la misma época. Esto fue admitido por el propio Del Toro en una entrevista del año 2012.

Por cierto, estas similitudes nos hablan también de lo muy relacionada que está la franquicia Alien con los mundos de Lovecraft (si os interesa un análisis de este tipo sobre Alien: el octavo pasajero (Riddley Scott, 1979), publiqué uno muy extenso hace tiempo en la web de Ociozero).

Por otro lado, la imaginería cristiana manifiesta en ambas historias —y totalmente ausente de la obra de Lovecraft— funciona mucho mejor, a mi parecer, en la película de Scott. En este punto resultaba innecesaria; al leer esta escena no puedo evitar recordar  la inapropiada reorganización y clasificación de los Mitos que llevó a cabo August Derleth tras la muerte del autor.

 

10. El vórtice temporal

Un poco más adelante, los expedicionarios localizan una sala de máquinas que parece ser la causante del vórtice temporal. Lake es atrapado por una de ellas, la cual dispara un rayo de luz directamente a su cabeza. Esto le produce una visión que consiste en otro flashback en el que vislumbra a los Antiguos creando las diferentes especies de la Tierra en un laboratorio y después la guerra con los shoggots. Descubre que los Antiguos atrapados en las estructuras bajo el agua eran héroes de guerra y no estaban muertos; los estaban protegiendo de algo que los shoggots querían invocar mediante sus cuerpos. La visión termina con una silueta enorme, en el horizonte, entre columnas de humo.

Esto concluye la parte central del guion de la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro. Nos encontramos ya en la página 89. A partir de aquí, tiene lugar la resolución.

Los Shoggots atacan y Lake es el último en morir. Aunque no es un personaje estrictamente malvado, su comportamiento amoral y su obsesión con los objetivos de la expedición por encima de las vidas humanas de las que es responsable parece conducirle de forma natural a este destino.

 

11. Plegarias y dinamita

Larsen, Dyer, Danforth y Atwood observan el Arkham, que se encuentra a una milla de distancia. La tripulación está quemando combustible para tratar de liberar el barco. Aquí se recupera todo ese asunto de la falla, pues Larsen sugiere volarla con la dinamita que se encuentra en el Miskatonic.

En el interior del barco, Atwood se separa de los demás para visitar la capilla y rezar. Lake se materializa y se mofa de su plegaria, pues los Antiguos establecieron la vida en la Tierra y también en otros muchos mundos. «Primero, como alimento» dice Lake, «¡Y después crearon a los humanos por aburrimiento! ¡Sí, una mascota! Y os dieron dudas, miedos, esperanzas y fe. Eso os hacía más entretenidos, como un cachorrito que persigue su propia cola».

Lake envuelve a Atwood con un tentáculo y acaba con su vida.

El flashback se suspende de forma momentánea y volvemos a 1939 durante unos segundos, pero enseguida Dyer prosigue su historia. Este es un recurso para que no olvidemos la primera escena de la película y no nos resulte tan extraño cuando volvamos a 1939 en los últimos minutos de metraje.

shoggots y antiguos
Un shoggot rodeado por varios Antiguos en una de las ilustraciones originales que apareció en en Astounding Stories en febrero de 1936.

12. El ritual

Estamos a punto de alcanzar el clímax. Los tripulantes del Arkham, ahora criaturas grotescas y desfiguradas, se disponen a llevar a cabo el ritual para invocar a su deidad mediante los Antiguos exhumados. El guion explicita que entonan las siguientes palabras:

«Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn»

Esta críptica frase resultará familiar para cualquier aficionado a los Mitos. Podría traducirse como: «En su morada de R’lyeh, el difunto Cthulhu, espera soñando». Aparece por primera vez en el relato La llamada de Cthulhu (1926), y de nuevo en La sombra sobre Innsmouth (1936), y más adelante será reproducida hasta la saciedad por los escritores que siguieron la estela de Lovecraft y publicaron historias basadas en su cosmogonía.

Según el guion, la entidad que están invocando los shoggots es Cthulhu, pero como comentaba al principio de este artículo, de acuerdo con una persona cercana a la producción de la película, el guion sufrió cambios y Cthulhu fue sustituido por otra deidad de nombre desconocido. Es un cambio que se agradece, no solo porque estoy en contra del fanservice, sino porque la presencia de Cthulhu en la Antártida es incoherente con la versión canónica de los Mitos, que indican que duerme bajo las aguas del Pacífico Sur. Aun así, en lo sucesivo utilizaré el nombre de Cthulhu, que es el que se emplea en el guion disponible.

Criatura de Hellboy
El cine de Guillermo del Toro está plagado de imágenes, atmósferas y criaturas inspiradas en los Mitos de H. P. Lovecraft. Aquí un ejemplo de la bilogía de Hellboy (el cómic original de Mignola es, asimismo, deudor de la obra del de Providence).

 

13. El clímax

Las cosas suceden como cabría esperar. La dinamita explota y el istmo de hielo comienza a escindirse del continente antártico. El Arkham se libera. Los humanos supervivientes luchan contra shoggots y perros shoggotizados.

Mientras tanto, Cthulhu surge del océano y extiende las alas. Coge el Arkham y procede a alzarlo en el aire con Dyer y Danforth en su interior. Uno de los shoggots adopta de nuevo la forma del profesor Lake y les explica el significado del hombre oscuro: «somos nosotros, pues cada uno de los nuestros lo contiene todo. De hecho, nuestro nombre es Legión.» Danforth muere y Dyer lo toma entre sus brazos.

Debido presumiblemente al vórtice temporal, pasan diez años en un instante y volvemos a la escena inicial de la película, cuando Dyer es rescatado.

 

14. El final

De vuelta a 1939, Starkweather concluye que la historia de Dyer no merece ningún crédito y que él es culpable de lo que fuera que ocurriera en el Arkham. Starkweather viaja a la Antártida, donde encuentra los restos del campamento de la vieja expedición de la universidad de Miskatonic. De pronto, toda su tripulación desaparece y Starkweather distingue la silueta del hombre oscuro. El plano se abre y muestra a ambas figuras empequeñecidas en el paisaje de la Atlántida.

Sobre la pantalla, aparece la siguiente cita:

«Y al final de los días vendrá un hombre que camina como un hombre, parece un hombre, pero no es un hombre. Apocalipsis 5:19».

 

¿Es En las montañas de la locura de Guillermo del Toro y Matthew Robbins un buen guion?

 

Antes de expresar mi opinión, quiero aclarar un par de cuestiones. Por un lado, adoro el cine de Guillermo del Toro. Para mí es uno de los mejores directores de cine fantástico actuales, capaz de obtener películas con calado y taquilleras al mismo tiempo.

Por otro lado, y al contrario que muchos, yo no tengo demasiado interés en ver una película basada en En las montañas de la locura o en cualquier otra historia de Lovecraft (de hecho, no tengo el menor interés por las adaptaciones en general). Lovecraft me parece un autor muy complejo de trasladar a un lenguaje cinematográfico y creo que su particular universo pertenece al mundo de las letras.

Es preciso recordar también que el análisis se está realizando sobre una versión no definitiva, con todo lo que eso conlleva. La sensación que he tenido al leer y analizar este guion ha sido ambivalente. Veo perfectamente la mano de Guillermo del Toro y ciertos paralelismos con otros de sus proyectos que sí llegaron a buen término, como Pacific Rim o la franquicia Hellboy. Por otro lado, el guion parece lastrado por las constantes escenas de acción y un gore que resulta innecesario y sin duda perjudicó la propuesta ante el estudio. Las referencias religiosas al cristianismo también me parecen un gran error y creo que producen un efecto contrario al buscado: al asimilarlos con una religión que conocemos tan bien convierten los Mitos en algo familiar, casi cotidiano.

Al margen de estas consideraciones, he leído muchas críticas negativas sobre el guion, pero creo que no tienen en cuenta las particularidades de la industria de Hollywood. La novella de Lovecraft solo puede adaptarse al formato del largometraje con cambios importantes, que podrían ser mucho peores que estos. En el guion, se aprecia un conocimiento profundo sobre el material original, y respeto y amor por el mismo a la hora de llevar a cabo la versión cinematográfica; aunque la historia vaya por derroteros muy distintos, en muy pocas ocasiones se contradice el canon de los Mitos de forma manifiesta.

Cabe destacar que en la versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro no aparece ninguna historia de amor, como es típico de las películas de Hollywood, lo que es muy de agradecer. Po otro lado, los personajes, como en las historias del maestro de Providence, apenas tienen desarrollo, lo que también me parece un acierto.

Hay muchas concesiones al público mayoritario, por supuesto. Creo que la mayoría de ellas tienen su origen en el hecho de que estamos frente a una superproducción de más de cien millones de dólares, y por lo tanto destinada a un público muy amplio que trasciende el nicho de los escasos seguidores de la literatura weird.

Las películas de Del Toro con las que más he disfrutado son las de «bajo» presupuesto (El espinazo del diablo, El laberinto del fauno, Crimson Peak). Si En las montañas de la locura hubiera sido una de ellas y no hubiera tenido asociados nombres como los de James Cameron o Tom Cruise (que creo que hicieron más daño que bien para sacar adelante al proyecto) quizá habríamos disfrutado de otro tipo de película. Yo habría preferido un largometraje mucho más cerebral, con menos presupuesto, menos acción y desde luego menos gore. En definitiva, una película atmosférica y de ideas.

 

En conclusión

 

Juzgar una película solo por su guion es injusto, máxime cuando estamos hablando de Guillermo del Toro, que tiene un lenguaje visual prodigioso. La novella de Lovecraft es complicada de adaptar, y buena parte de la naturaleza de los Mitos seguramente habría estado concentrada en aspectos artísticos y atmosféricos más allá del texto en sí.

En cualquier caso hoy día una película basada en este guion resulta ya inviable. Si el director resucita algún día el proyecto, la aproximación al material original, aunque mantenga puntos en común, será diferente. Por el momento, solo podemos imaginar cómo habría podido ser esta versión de En las montañas de la locura de Guillermo del Toro.

Me despido con My Heart Stood Still en una versión de Chet Barker, la única pieza de la banda sonora de esta película nonata, una maravillosa canción de Richard Rodgers compuesta en 1927 que suena varias veces a lo largo de la misma.

 

¿Y a tí? ¿Te ha gustado este ejercicio de cine-ficción? ¿Qué te ha parecido el guion de Del Toro? ¿Te gustaría ver una adaptación de esta u otras historias de los Mitos de Cthulhu en la pantalla? Cuéntamelo en los comentarios.

* * * *

4 comentarios

  1. Tampoco soy fan de las adaptaciones, pero ésta la habría querido ver. Los mitos de Lovecraft intentan transmitir algo que no puede ser dicho apropiadamente, porque nuestra lengua no conoce los conceptos necesarios. Imagino que por eso HP abusa de los adjetivos y los adverbios de modo, porque no puede mostrar de otra manera lo que quiere decir.

    Por lo mismo, me habría encantado tener una representación visual de sus ensoñaciones. Sospecho que, al contrario de lo que dice esta estupenda entrada, Lovecraft sí que se presta para el cine, incluso en algunos aspectos más que para la literatura; la creación de atmósferas, por ejemplo, o la representación visual de sus fantasías, aunque otros aspectos, como la riqueza lujosa de los mitos, se sientan mejor en tinta y papel.

    Por último, acabo de subir hoy, hoy mismo, una entrada sobre En las montañas de la locura. No es más que una opinión razonada, nada similar a este meticuloso análisis. Pero me permito compartirlo, si no es molestia: https://libreriadeurgencia.wordpress.com/2020/04/30/en-las-montanas-de-la-locura-h-p-lovecraft/

    1. Cada medio de expresión tiene sus propias fortalezas, sí. Creo que el cine, al ser un lenguaje sobre todo visual, tendría (y tiene, pues “En las montañas de la locura” no sería la primera adaptación de las obras de Lovecraft) numerosos problemas a la hora de representar los conceptos del Maestro y el producto final carecería en buena medida del hondo componente intelectual y filosófico de su obra.
      En fin, al menos así ha sido la mayor parte de las veces que se ha adaptado. Esto ha dado lugar a algunas películas divertidas e interesantes (soy un gran fan de Reanimator, y también soy capaz de encontrarle las virtudes a un film algo más irregular como Dagon) y a otras que es mejor no mencionar. Las excepciones suelen ser obras que no citan directamente a Lovecraft pero lo utilizan como inspiración o tratan de alguna forma el horror cósmico marca de la casa (Alien, Prometheus, la primera temporada de True Detective, etcétera).
      ¡Muchas gracias por tu comentario!

      PD: Con respecto a la calidad estilística de Lovecraft, prefiero no concluír nada. Sé que es una opinión mayoritaria, pero no estoy convencido de que todas las críticas que se han hecho contra su forma de escritura tengan fundamento. Tengo un artículo en el horno también sobre eso. A ver si saco un rato para acabar de darle forma.

  2. Muchas gracias por el resumen y el análisis, Victor. A mí sí me habría encantado verla en cines. Preferiblemente sin Tom Cruise, jeje.

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