¿Cómo es posible? ¿Un balance anual a finales de febrero? ¿Nos hemos vuelto todos locos?
La verdad es que escribí este artículo justo a tiempo para despedir el 2024, pero me dio pereza revisarlo y nunca lo llegué a publicar. Como no quería volver a romper una tradición que llevo manteniendo en el blog desde el 2018, aquí tenéis el balance justo a tiempo para recibir la primavera.
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Escritura
El año pasado concentré todos mis esfuerzos en acabar la saga de Lundenwich. La primera entrega de esta trilogía juvenil se publicó en octubre de 2022; la segunda parte, en marzo de 2024. A la hora de escribir este balance ya he entregado el último libro a la editorial y han planificado su publicación para la segunda mitad de 2025. Con esto concluye un trabajo al que llevo dedicado (entre versiones en inglés y en español) casi siete años.
En 2024 tampoco he podido participar en el NaNoWriMo, ni escribir ninguna otra cosa que no sea esta novela. Pero no me importa. Aunque parecía un objetivo imposible, ahora está terminada.
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Publicaciones
Como comentaba en el apartado anterior, este año Obscura Editorial publicó La casa mecánica, la segunda parte de Lundenwich.
Al final se ha roto la dinámica de «novela al año» tan típica de los escritores bestselleros (yo no pertenezco a este grupo, por si aún no te habías dado cuenta). Tenía que ocurrir más pronto o más tarde; era inevitable. Soy un escritor lento y solo he podido publicar una novela al año porque tenía un fondo de armario lleno de manuscritos y por la presión de los plazos de entrega.
Alguien dijo una vez que es necesario publicar una obra al año para seguir siendo relevante. Quizá sea verdad. Yo nunca he sido relevante, pero, en cualquier caso, estoy muy contento de caer en la más absoluta irrelevancia y pasar a publicar una novela cada año y medio, o cada dos años. Es el único ritmo que puedo mantener.
Mientras tanto, voy a seguir apoyando mi catálogo. Los libros no caducan, aunque dejen de ser novedad, y el mejor ejemplo es mi primera novela, Lengua de pájaros, que no deja de darme alegrías. Se ha convertido en un verdadero long-seller, pues se sigue vendiendo a pesar de que se publicó en 2020. Hace escasas semanas, Obscura ha lanzado una segunda edición. Esta vez es en tapa blanda con cartoné, a juego con los otros libros de la editorial. No es una reimpresión, sino una nueva edición de verdad; es decir, con correcciones.
Además, este año también se publicó Lengua de pájaros en República Checa (y traducida al checo, evidentemente). Tenéis toda la información aquí.
En 2024 también se ha publicado el audiolibro de Duramadre. Se une, por tanto, a Fantasmas de verde jade, que Saga Egmont publicó en 2022.
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Eventos
Este 2024 he participado en un buen puñado de eventos literarios. En junio asistí a dos: la FLIG, donde hice doblete, y también la Feria del Libro de Madrid, el que probablemente sea mi evento literario favorito. Allí es donde más me visitan los lectores, por donde se pasan más amigos y donde más gente descubre mis libros. Además, disfruto mucho hablando con los libreros, editores y distribuidores que andan por las casetas.
La temporada de Halloween también fue particularmente intensa. El 27 de octubre asistí a una mesa redonda en el FestiLIJ y el 31 estuve en la biblioteca Iván de Vargas en otra mesa organizada por la revista literaria Perdiendo el rumbo. En ambas hablamos sobre todo de literatura de terror, en consonancia con el espíritu de las fiestas.
¡Ah, y en febrero participé en la serie de Habitaciones propias de la Asociación Pórtico (AEFCFT)! No sé si es un evento literario como tal pero no quería terminar esta sección sin mencionarlo.
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Planes para 2025
Empezaré esta sección con el famoso «proyecto audiovisual» del que hablaba el año interior y que no era otra cosa que un canal de YouTube. Después de trabajar durante muchas horas en los videos, y sobre todo en la documentación, llegué a la conclusión de que no merecía la pena.
Hice las cosas bien, calculando tiempos, estudio de costes y todo lo demás. Gracias a eso descubrí que tardaba más de cuarenta horas en crear un solo video. Sabiendo cómo funciona YouTube, está claro que no tengo la más mínima oportunidad.
Me dedico a escribir (entre otras cosas) y eso es lo que quiero hacer. Ni videoensayos, ni vlogs, ni streams ni nada por el estilo. Ha sido divertido editar video, locutar un texto y aprender fundamentos de iluminación pero, si siguiera adelante con esto, dejaría la escritura. Mi vida no me permite compatibilizar ambas cosas y no quiero estar pendiente de visitas y suscriptores o de perder dinero por mantener un canal en YouTube sobre literatura que nacería herido de muerte.
Aun así, he trabajado mucho y tengo un montón de material acumulado. Me gustaría darle salida en formato escrito, así que me estoy planteando añadir un apartado en esta web o quizá comprar un segundo dominio. Por supuesto, también sé que montar un blog o una web literaria es un proyecto aún más ruinoso e irrelevante que un canal de YouTube, pero al menos es escritura. Al menos, me apetece.
Por otra parte, en el balance del año pasado comenté que la idea era publicar la última parte de Lundenwich a lo largo del 2025, y parece que esto sí va a cumplirse.
Por lo demás, sigo arrastrando los mismos proyectos del año anterior: el ensayo sobre mitología y folclore y esa novela de espionaje ambientada en la España franquista. He avanzado poco o nada en esos frentes, y supongo que ahora sería el momento de incluir estos proyectos en la planificación del año próximo.
Pero no lo tengo claro.
Me apetece descansar unos meses antes de meterme en otro proyecto complicado e interminable. El ensayo me motiva más, porque supone un cambio con respecto a la escritura de ficción, y porque es algo en lo que puedo trabajar en tiempos muertos. Por otra parte, tengo ganas de escribir relatos o novelas más pequeñas, con menos documentación y tramas más sencillas. Encajar todos los elementos de una trilogía con docenas de personajes me ha dejado agotado.
Así que, en realidad no hay planes para 2025. Tan solo pulir la última novela de Lundenwich para publicarla en su mejor versión, escribir algunos relatos, reconectar con el blog y, poco a poco, irme metiendo en algo nuevo. Ya veremos en qué.
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Blog
En 2022 dije que recuperaría el blog (y mentí). En 2023 prometí que publicaría una entrada al mes, porque ya estaban escritas (y mentí otra vez; no porque no estuvieran escritas, que lo estaban, sino porque no las publiqué).
¿Vas a fiarte, querido lector, de cualquier promesa que haga al respecto para 2025? No deberías.
Aun así, pretendo recuperar el blog y —exactamente igual que en 2022 y 2023—, lo digo totalmente en serio.
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En conclusión
En el balance anterior comentaba que 2023 no había un año fácil para la escritura. 2024 tampoco lo ha sido en ese sentido. No sé si volverá a haber años «fáciles» en el futuro. Solo sé que seguiré escribiendo, de una forma u otra, durante 2025. De momento, con eso me basta.
Por lo demás, ha sido un buen año, salpicado de eventos literarios y buenas noticias que no me esperaba. Es la primera vez que me traducen y la primera vez que algo que escribo llega a una segunda edición. ¿Qué más se puede pedir?
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Escritor de ficción especulativa, slipstream y novela negra. Bloguero inquieto (e inquietante) también se ha dedicado a la traducción y a realizar informes editoriales. Le gusta desmontar historias para ver cómo funcionan por dentro, aunque luego no sepa armarlas de nuevo. Autor de Lengua de pájaros, Duramadre y la trilogía de La Sociedad de Lundenwich (todas con Obscura Editorial).
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