Balance anual: 2018

2018 ha quedado atrás y, como es tradición en este y otros tantos blogs, ha llegado el momento de hacer balance de objetivos cumplidos, publicaciones y demás. Estas entradas navideñas se han convertido en una constante en esta web y son muy útiles para hacer examen de conciencia. Siempre es bueno mirar hacia atrás de vez en cuando y analizar qué es lo que has conseguido y en qué puedes mejorar, y las navidades son un momento tan bueno como cualquier otro.

Si quieres saber en qué he estado empantanado estos últimos doce meses, qué funcionó y qué no, sigue leyendo.

Publicaciones

Este año se ha saldado con más publicaciones de las que esperaba. Cada vez hay menos convocatorias de relatos y yo también me prodigo bastante menos, porque estoy centrado en escribir novela, y eso se nota.

Aun así, a principios de año mi cuento «Blue» apareció en Ciudad Nómada y otros relatos, antología de Sportula coordinada por Mariano Villareal. Supone mi segunda colaboración con la colección NOVA después de «Antemusa Bar & Club», que escribí para Dark Fantasies y que fue publicado en 2017. Me da la impresión de que este cuento no ha tenido tanta repercusión como Antemusa, pero en cualquier caso estoy muy contento con el resultado.

Aproximadamente por esas mismas fechas autopubliqué una historia corta de Lundenwich como Terry Graves, de alrededor de 10.000 palabras. Fue un experimento para tratar de aumentar el ritmo de publicaciones y obtener nuevos lectores para las novelas, pero la verdad es que pasó sin pena ni gloria. Sospecho que —entre otras muchas causas posibles— el algoritmo de Amazon premia las obras de más extensión dándoles el famoso mes de visibilidad que yo definitivamente no tuve en este caso. O no; la verdad es que no tengo ni idea.

Así llegamos a abril, cuando se publicó «La chica de la azotea» en el número 9 de Sable, longeva revista de la editorial zaragozana Tusitala. Gané el concurso que convocaron hace mucho y, por unas cosas u otras, se había ido retrasando. Es una distopía de ciencia-ficción sobre un piloto de drones de reparto en un Madrid de un futuro cercano. Lo escribí en 2015, si no recuerdo mal, y a día de hoy me sigue gustando.

Publicaciones en papel durante 2018

Durante los meses de verano apareció mi relato «Góspel» en Atlas Negro, una obra colectiva coordinada por Álvaro Aparicio y publicada en la editorial Pulpture. Un cambio de aires con respecto a las publicaciones anteriores de ciencia-ficción y una incursión en el horror sobrenatural, que es un género en el que me siento más cómodo. Como complemento, a finales de octubre apareció la dramatización del relato a cargo de la gente de Noviembre Nocturno. Para mí ha sido todo un honor poder formar parte de un proyecto así.

También en octubre, el 31 para ser exactos, autopubliqué la segunda novela de Lundenwich con el título Clockwork House (quise hacer un homenaje a Charles Dickens y llamarla Bleak Clockwork House, pero a mi correctora no le gustó demasiado la idea y así se quedó). Siempre que puedo permitírmelo trato de trabajar con buenos ilustradores, y en este caso tuve la suerte de que Libertad Delgado (Liberlibelula) creara la portada, que es una maravilla.

Por último, y para terminar con las publicaciones de 2018, tengo que destacar mi colaboración en un trabajo de no-ficción, la Guía de Japón para otakus publicada por Editorial Diábolo, una guía de viajes para todos los aficionados al manga y al anime. Siempre he sentido una enorme fascinación por Japón, así que poner mi nombre en un libro de estas características ha sido un sueño hecho realidad.

The Lundenwich Society: Clockwork House (ilustración de Libertad Delgado).

 

Otros

 

Durante este año he llevado a cabo varias correcciones, maquetaciones digitales y lecturas editoriales para otros escritores. Es un trabajo con el que disfruto (especialmente si no hay excesiva urgencia con las fechas de entrega), pero que también agota mucho y sobre todo consume una enorme cantidad de tiempo. Como estoy en la fase final del doctorado, he decidido limitar al mínimo los encargos en este sentido, aunque es muy probable que vuelva a ello a partir de octubre del año que viene. Si estabas pensando en mandarme algo, disculpa las molestias y no dudes en escribirme de todas formas, porque seguramente podré recomendarte a otro profesional.

Noviembre también fue el mes de la Molpecon, la convención de Marketing Online para Escritores organizada en Madrid por Ana González Duque. Tuve la suerte de que Ana confiara en mí para impartir una de las charlas que versaba sobre el proceso de corrección del manuscrito. Fue un orgullo estar allí y compartir la jornada con todos aquellos que os acercasteis. Si quieres leer un resumen de lo que supuso el evento, tienes una crónica en la web de Lluvia Beltrán (la fotografía de abajo también es suya).

Yo también he estado invirtiendo en formación: en mi caso, redacción de informes editoriales y cuestiones de maquetación física y diseño, que son temas que siempre me han interesado mucho pero en los que todavía no había podido centrarme. En cuanto a la maquetación física, consulté con Mariana Eguaras, que es la que más sabe de estos temas, y aproveché el Black Friday y el Cyber Monday para matricularme en unos cuantos cursos online.

Blogs

 

Este año también ha estado marcado por la dichosa RGPD, que me ha causado más de un quebradero de cabeza. Tuve que invertir dos semanas para adaptar el blog y los textos, y pagar un dinero extra para obtener el certificado SSL y así poder utilizar el dominio https. Sé que muchos lo tenéis gratis, pero yo tengo el hosting contratado con Hostgator y te obligan a pagar una cuota por el certificado. Esto aumenta mis gastos de forma considerable y me ha fastidiado un poco el balance de cuentas. Los que sois habituales aquí ya sabéis que este blog no está monetizado y se está empezando a convertir en un agujero al que cíclicamente tengo que lanzar dinero.

De la web de Terry Graves prefiero no hablar. Aunque lleva poco tiempo activa, he estado utilizando estrategias de SEO (cosa que no hago aquí) y estoy viendo buenos resultados muy rápido. Hasta hace poco, la web no estaba adaptada a la RGPD, ni tenía lista de correo… porque no quería volver a pagar por el dichoso certificado SSL… porque sí, efectivamente, te hacen pagar por cada web.

He estado retrasando esta decisión, por no invertir más dinero sin obtener rédito. Al final, he pasado otra vez por el aro (y por caja), pero para 2020 me estoy planteando cambiar de hosting.

Por último, otra de las consecuencias de la RGPD fue que cometí un error y perdí toda mi lista de suscriptores en Mailchimp, una lista de correo que había estado haciendo crecer durante cinco años. En la nueva, a día de hoy, somos unos ciento y pico. Todavía estamos muy lejos de los mil que tenía antes, pero va creciendo a buen ritmo. Lo bueno de esto es que estoy logrando ser bastante regular con los correos y enviar uno cada quince días, cosa que antes no hacía.

Por cierto, si quieres suscribirte a la lista de correo, puedes hacerlo aquí.

Planes para 2019

 

Pretendo subir el ritmo y trabajar todavía más duro durante 2019 y 2020, aunque prefiero no dar muchos detalles sobre mis planes.

Si todo va bien, el próximo año se saldará con cuatro nuevas publicaciones largas, ya sean novelas, novellas o antologías (dos bajo mi nombre y español, y otras dos en inglés y con el pseudónimo de Terry Graves).

También tengo una propuesta de colaboración en una antología colectiva, una novela pendiente con una compañera escritora que anda a medio escaletar y que escribiremos a cuatro manos a lo largo del año, y varias obras dando vueltas por alguna que otra editorial. No sé si lo he comentado en alguna ocasión, pero soy muy perezoso a la hora enviar manuscritos no solicitados a las editoriales, y creo que uno de mis propósitos para el año 2019 debería ser empezar a ponerme serio con ello.

También quiero utilizar este año que empieza, o al menos la primera mitad, para finiquitar proyectos a medias. Hay que ir dando salida a las cosas o empiezan a oler a viejo. Con suerte, a partir de la segunda mitad del año podré embarcarme en nuevas aventuras.

Conclusiones

 

2018 ha sido más amable conmigo que 2017, al menos en cuanto a publicaciones y proyectos terminados. Y sin embargo, cuando analizo estos balances no tengo la impresión de que haya una progresión real, sino más bien un movimiento circular, o incluso pendular. Hace no mucho, hacía una reflexión en la cuenta de Facebook que creo que viene al caso:

«Los planes a largo plazo solo sirven para estar ocupado. La clave, si hay alguna, consiste en mantenerse activo en tu sector, en agarrarse con uñas y dientes, en no dejarse llevar por el desánimo ni deprimirse por las ventas o por los rechazos o por las traiciones, en hablar con gente, en hacer cosas, en escribir tus mil palabras al día, en revisarlas, en escribir a editoriales, en terminar proyectos ambiciosos, en dejarse arrastrar por locuras de esas que sabes que nunca van a ver la luz del día. Aunque fracasen noventa y nueve de cada cien veces.

Y siempre siendo consciente de que nadie te puede garantizar nada, porque quizá este año las cosas te vayan bien y estés ocupado y vendas 1.000 ejemplares de tu novela y aun así no encuentres editorial para la siguiente y tengas que volver a la casilla de salida.»

Así que sí. Supongo que hay que seguir dando guerra.

¿Y tú? ¿Has cumplido con los objetivos que te habías marcado en 2018? ¿Has hecho ya tu lista de objetivos para 2019? Cuéntamelo en los comentarios.

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